
Una pizca de locura.
28
– 01 - 2018
¡Oh
corazón y cabeza!
Enemigos
uno del otro.
Casi
nunca caminan por la misma senda,
Uno
dice: -ten valor, adéntrate en la locura
al
menos por un momento.
Olvida
las ecuaciones, arrincona teoremas,
y
sumérgete en la dicha de una bella fantasía.
No
midas ya más los tiempos,
no
cuadricules tu vida y aprovecha estos momentos,
pues
no se repetirán,
y
con el correr del tiempo tu razón reclamará
lo
que ahora está negando.
-¡Oh
intrépido corazón!, -le contesta la cabeza-,
que
cabalgas alocado sin medir bien tu galope
cuando
los vientos te traen los aromas de las flores,
cuando
una nube de paso te envuelve en sus humedades.
Tente
ya corazón loco y fíjate en el camino,
no
pierdas tino y observa que el camino tiene piedras
que
no podrás sortear si no moderas el paso.
El
tiempo dicta sus reglas, y tu tiempo ya ha pasado.
Y
si quieres soñar, sueña, pero no pierdas el tino,
pues
te va la vida en ello, y en ello me va la vida
si
no acompasas el ritmo a tus tiempos y a tus años.
Modera
ya tus impulsos, pues tu tiempo ya ha pasado.
Cállate
vieja cabeza, no hables ya más de razones,
estoy
lleno de jirones por seguir bien tus consejos.
Todo
tiene su momento, me has dicho cien y mil veces,
Frío,
noto en tus consejos, frío,
ni
una pizca de locura que te permita soñar,
caminar
con Blancanieves, abrazar a Cenicienta,
y
devolverle la vida a aquella bella durmiente
que
hace ya un siglo que espera el beso de un corazón
y
el valor de su cabeza.
No
me hagas sufrir más y olvida las ecuaciones.
Déjame
ya con mis sueños y allá tú si te resignas,
tu
resignación es tuya
y
tuyo será el insondable vacío.
Yo
por mi parte en mis sueños,
sigo
sintiéndome vivo.
Francisco
Murcia
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