Tu alma es libre como el vuelo de la mariposa. La resignación rompe tus alas. No te resignes nunca.
Resignación
13
– 01 - 2017
Resignación,
manto
hecho de renuncias, tejido
con
los amargos hilos de la desilusión,
el
frío de la frustración se cuela entre sus pliegues
y
su tela araña la piel de los sentimientos.
La
resignación es la asesina de los sueños,
la
amarga compañera de las alcobas vacías,
el
eco mudo de los fracasos.
Enemiga
de la esperanza,
se
refugia en rincones solitarios de penumbras olvidadas,
lamiéndose
las heridas para que no cicatricen,
pues
la pena es su alimento, su sustento y su razón.
Es
la resignación el polvo de los recuerdos,
esa
arpa olvidada en el desván con sus cuerdas oxidadas,
guardando
presas las notas que un día
salieron
del corazón, de amores y sueños vividos
y
que ahora yacen en silencio,
ahogadas
bajo los ecos mudos del dolor.
El
dolor,
compañero
silencioso que te susurra al oído:
-Por
mucho que tú no me quieras,
yo
sigo siendo tu amigo, porque tu tienes un alma,
y
mientras estés conmigo,
la
cruel resignación jamás podrá entrar en ti,
aunque llame a tu puerta.
Soy
yo, el dolor,
el
testigo de que aún no estás vencido,
pues
si sientes el dolor es porque aún tienes alma,
para
vivir y soñar,
para
tener esperanzas,
para
ver el sol radiante que amanece cada día.
No
te resignes jamás, aunque te duela hasta el alma.
Sigue
soñando despierto,
sigue
pensando tus sueños y deja la puerta abierta,
por
si un alma peregrina quiere compartir tus sueños.
Francisco
Murcia.
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