Los eslabones de un sueño
8
– 01 - 2018
¡Ah!,
no pude ser vida mía,
estás
jugando conmigo aunque solo sea en sueños.
Me
deleitas con juegos prohibidos,
me
encadenas con tus frases y tus gestos,
me
provocas con eróticos andares,
me
llamas con cánticos de sirena.
Y
yo te sigo
con
mis ojos pegados a tus caderas,
escuchando
tus llamadas,
haciendo
de mis deseos eslabones
de
la bendita cadena que a ti me tiene sujeto.
Perdido
en el balanceo de deliciosos perfiles,
transito
los recovecos de tu rincón más oscuro,
juegan
mis dedos golosos en el bosque de tus rizos
y
entre suspiro y suspiro,
comienza
un leve jadeo cuando mis dedos,
con
ligerísimos roces,
derriban
la resistencia de tus pudorosos muros,
que
se apartan y se abren,
dejando
libre la fuente donde colmar mis deseos.
¡Ah!,
no puede ser vida mía
que
solo suceda en sueños, que los sueños
me
tengan encadenado con tan duros eslabones,
pues
solo son mis deseos,
mis
cuitas y mis anhelos.
Cuando
veo los andares de tus golosas caderas
se
despierta ya enhiesto el titán de mis pesares,
presto
a derribar los muros que con suaves caricias
ya
derribaron mis dedos.
Pero
todo ha sido un sueño,
y
sin embargo, ya ves,
a
pesar de ser un sueño, me despierto y estoy preso,
porque
te sueño y te pienso sin saber
si
lo que sueño lo pienso
o
lo que pienso lo sueño.
Francisco
Murcia.
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