
La sequía
21
– 07 - 2016
Llora
la tierra sobre el valle reseco,
y
llora lágrimas de arena.
Ya
hace mucho tiempo que el verde se apagó.
Polvo,
polvo,
polvo
en espigas agostadas que no han llegado a granar,
polvo
en el aire,
polvo
en los labios,
polvo,
solo polvo,
hasta
la lluvia se ha convertido en polvo.
La
piel del valle reseca se agrieta,
se
abre en un mosaico de heridas,
líneas
quebradas que se hunden en la tierra
y
que dibujan el mapa de la terrible sequía.
Polvo,
polvo,
solo
polvo entre cuatro pajas secas
y
unos cuantos colgajos
de
un tocón achicharrado de algo que fue un árbol.
Allá,
a lo lejos,
una
figura difusa,
parece
una persona con un odre en la cabeza,
respira
polvo y avanza,
busca
el único pozo,
o
charco o lo que sea
donde
poder obtener un poquito de agua sucia,
agua
de polvo,
polvo
en los labios,
polvo
en el aire,
solo
polvo,
mientras
la tierra se abrasa.
Francisco
Murcia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario