¡Oh sol!
6
– 06 - 2018
¡Oh
sol!, que con tus rayos asesinas
los
sueños que junto a ella me animan,
quédate
escondido más allá del horizonte,
oculta
tus claridades
y
déjame gozar de su presencia.
Deja
mi alma, ebria de dicha,
cabalgar
con ella en la burbuja del tiempo.
No
amanezcas todavía,
todavía
estoy sediento,
todavía
la deseo
y
la deseo tanto,
que
quiero morir con ella.
¡Oh
sol! esconde tus rayos
y
dile a la aurora que espere,
que
respete ese roció que le da vida a las flores,
que
las perlas de las gotas
que
la noche deposita en sus pétalos abiertos,
tremolen
temblorosas,
mientras
juegan con la brisa.
Espera,
¡oh sol!
para
iniciar esa fiesta,
para
vestir de colores los valles,
para
alumbrar la montaña,
para
revivir la tierra.
Espera,
¡oh sol! yo te lo pido
porque
estoy ebrio de ella,
y
quiero gozar mi noche,
degustar
esos aromas que emanan
de
sus profundas esencias
y
perderme en las delicias de sus ocultos secretos.
Quiero
decirle a la luna que detenga su camino,
que
en el manto de la noche grabe su rostro
y
secuestre su mirada,
para
que el sol no la robe,
para
guardarla en el cofre donde conservo mi alma.
Quiero
leer en sus ojos la huella de mi destino,
quiero
que escriba en mi piel el mapa de sus deseos,
y
dibujar en sus labios los perfiles de
mis sueños,
pues
ya no vivo sin ella.
Quiero
vivir la noche,
y
que ya nunca amanezca.
Francisco
Murcia.
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