A mi gente.
3 –
05 - 2018
Hace
no mucho tiempo, circulaba por el muro un monólogo que se me antojó precioso.
Un muñeco de trapo, con gorra, bigote muy poblado y aspecto de persona simple
de gran corazón y mucho sentido común, se lamentaba de no ser humano. –Si yo
fuera humano-, comenzaba, y seguía enumerando todo aquello que soñaba, todo
aquello que amaría y le gustaría hacer o que simplemente sucediera; desde
degustar un caramelo de chocolate a cambiar el corazón de las personas y
construir un mundo más amable. Uno de
los deseos de ese muñeco de trapo que me quedó grabado decía: “si yo fuera
humano, les diría a todos los que quiero que los quiero”. Ese muñeco, en su
corazón de trapo, albergaba todo el amor del mundo, y en su mente imaginada
sabía lo importante que es decir: “TE QUIERO” Lo pongo con mayúsculas porque
esa frase significa una entrega sin reservas, un desnudarse del alma, una forma
de ser en otro ser, de existir dejando de ser tú, para ser tú y yo, dos en uno,
cuyos cuerpos separados compartirán el alma, convirtiéndola en una sola que se
proyecta al infinito.
Aquel
monólogo lo compartí porque fue como si mi alma hubiese ocupado aquellos
miembros flácidos, aquella cabeza fofa con su gorra, aquellos ojos simulados,
pero vivos. La voz grave, intencionadamente
cadenciosa, desgranaba las sentencias como si salieran de lo más profundo de mi
propio ser: la humildad, el respeto, la dignidad, la belleza de lo simple, la
hermosura de una sonrisa inesperada, la felicidad del niño que juega con la
pelota. Aquel muñeco, en su alma de trapo, encerraba todo lo bueno que puede
ser el humano, y la frustración de ser encerrado en la oscuridad de su maleta
al terminar la función, sabiendo que el mundo seguirá siendo el que es; no
porque él sea un muñeco, sino porque el humano es una marioneta manejada por
los hilos de su instinto.
“Si
yo fuera humano, les diría a todas las personas que quiero, que las quiero”. Yo
no soy ese muñeco, yo sí soy un ser humano y puedo decirle a las personas que
quiero, que las quiero. Por eso, porque estáis entre las personas que quiero,
os digo que OS QUIERO, con mayúsculas, que queden bien grabadas en los anales
del tiempo.
Francisco Murcia.
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