
Agua
viva
Yo
no he perdido el camino,
tal
vez no lo supe andar,
tal
vez mis pasos, a veces vacilantes,
no
fueron los acertados,
pero
no erraron el camino.
Oh,
qué incierta,
que
aventurada es la senda
cuando
ella se presenta,
como
una estrella sin rumbo,
dando
tumbos,
dejándose
llevar
como
medusa que flota sobre las olas,
flor
viva que hiere apenas mi piel la roza.
Pero…
¡Dios!
Qué
hermosa es esa rosa
que
flota sobre las olas a la deriva,
no
tiene puerto ni rumbo.
Dando
tumbos,
se
deja llevar por la brisa,
flotando
sobre las olas.
Carabela
de agua viva
que
esconde bajo las aguas sus delicados tentáculos
meciéndose
en las corrientes
donde
yo andaba perdido.
Apenas
me rozó,
me
dio un hola sin adiós,
me
acarició con sus brazos de agua viva
y
en sus brazos me quedé,
Confiándole
la vida.
Y
así me quedé con ella,
en
un abrazo mortal que consumía mi vida.
Dónde
me llevas, carabela de agua viva.
Donde
nos lleve la brisa,
donde
nos lleven las olas.
Si
tú no tenías rumbo.
¿Qué
importa?
Dando
tumbos con las olas
recorreremos
el mundo.
Francisco
Murcia
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