
El cóndor pasa.
27 – 05 -
2017
Y los dioses
sobrevolaron las nevadas cimas de los Andes,
y sus alas
cubrieron el cielo,
y vieron a
los hombres agachados hurgando las tierras pobres,
y
contemplaron a sus niños y a sus madres,
y lloraron de
pena con ellos.
Y de sus
lágrimas surgió el cóndor majestuoso
que navega en
las alturas dueño de los vientos.
Y un grito
agudo rasgó los amplios espacios del cielo,
y aquellos
hombres, madres e hijos al duro suelo pegados,
levantaron
sus cabezas y enderezaron sus cuerpos.
Y el cóndor
majestuoso habló desde las alturas
dejando
escrito en los vientos un grito desesperado:
Pacha Mama,
madre tierra,
contempla
este sufrimiento,
dale mi grito
a tus hijos,
planta en sus
almas mis ecos,
que suene
entre las montañas,
que lo
escuche el firmamento.
Y Pacha Mama
dio al cóndor los ecos de las montañas.
y se apiadó
de los hombres,
de las madres
y sus hijos.
Reunió todos
los ecos que sonaban en las cumbres,
amarró todos
los vientos donde había escrito el cóndor,
y construyó
una zampoña, una flauta y un tambor,
y desde
entonces los hombres conversan con ese dios.
El cóndor
agradecido modula sus ecos al paso,
y vientos y
montañas callan
y guardan
silencio los hombres,
Y en medio de
ese silencio,
aguda suena
la voz, repetida por mil ecos, del cóndor majestuoso
sobrevolando
las cimas de las que es dueño y señor.
Francisco
Murcia
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