Mi mariposa querida.
1
– 07 - 2018
Pinta
en mi cielo,
mariposa
viajera,
tus
andares,
escríbeme
las historias de tu frágil aleteo,
pósate
ya en mis rodillas
y
dime,
dime
en qué brisa has flotado
que
me traes los aromas de jazmines y de nardos.
Descansa
ya tus fatigas
y
duerme,
duérmete
en mis rodillas soñando con otra vida,
soñando
con otro cielo,
y
con aromas de rosas de jardines prohibidos.
¡Oh,
mi mariposa querida!
Que
duermes en mis rodillas,
al
amor de los susurros de este viejo viajero,
que
detuvo su camino
cuando
el pincel de tus alas
amor
dibujó en su cielo.
Deja
que mis suspiros te arrullen en el silencio
y
descansa tus fatigas,
no
le hagas caso al tiempo,
pues
el tiempo nos engaña
y
reparte sus momentos al azar.
Por
eso tú,
mi
mariposa querida,
has
venido a mis rodillas,
cuando
mis piernas cansadas protestan,
ya
no quieren sostener las fatigas de mi cuerpo.
Y
sin embargo ya ves,
se
sienten como en el cielo,
livianas
como la brisa
cuando
tu cuerpo sostienen ,
mi
mariposa querida.
Francisco
Murcia.
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