¡Ay corazón,
corazón!
8 -08 - 2017
Corazón, corazón,
cuántos males
causas
adornando con
falsas esperanzas,
ciegas ilusiones
vanas.
Cuántas lágrimas
derrama
el mundo por tu causa,
por tu sinrazón,
por tus ansias de
amores imposibles,
por tus cuitas de
fuentes escondicas.
¡Hay corazón,
corazón!
¿Por qué te engañas
así?
¿Por qué nos haces
sufrir
ofreciéndonos el
cielo,
cuando sabes tú muy
bien,
que nos espera el
infierno?
Esos fuegos del
amor que te consumen por dentro,
son incendios de tu
cuerpo,
espesas nubes de
humo que te nublan la razón.
Cuando ésta llama a
tu puerta,
ahíto de ciego
furor,
no la quieres
escuchar.
–Vete de aquí, les
dices,
-ya no me tortures
más.
¿No ves que voy
hacia el cielo?
Déjame el camino
libre
que me conduce
hasta el éxtasis
que esos ojos de
topacio
me ofrecen con su
mirada,
que ese rostro de
deliciosa sonrisa
me promete.
Quiero perderme en
sus labios,
quiero perderme en
sus ojos,
quiero perderme en
su cuerpo.
-No quiero que
vengas tú
con tus frías
ecuaciones,
y me apartes del
amor
que me consume por
dentro.
Si he de perecer,
perezco,
pero llevándola
dentro-.
Así eres tú
corazón,
todo fuego y todo
amor,
la fragua donde se
forjan los caminos de la gloria
y las sendas del
infierno.
Francisco Murcia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario