El tiempo no lo borra todo. ¡Afortunadamente!

Aunque ya estemos muy lejos.
10 – 12 - 2016
Debajo de cada lamento, hay un sentimiento,
detrás de cada tristeza, hay un recuerdo,
detrás de cada recuerdo
hay un trozo de vida,
una luz que brilla en el fondo de una sima
donde quedaron enterrados los amores de otro tiempo,
las dulzuras de una boca
cuyos labios se perdieron
entre palabras y gestos,
inoportunas las unas
y los otros, a destiempo.
Detrás de cada lamento,
detrás de cada tristeza,
se han escondido los días que nos vieron sonreír,
se han detenido los vientos
donde cabalgan las hojas
que adornaron nuestro lecho.
Ahora, ya inmóviles en el suelo,
el polvo las va cubriendo.
Debajo de cada hoja queda enterrado un lamento
que se apaga día a día,
que ya casi ni lo siento.
Por eso limpio las hojas
con la brisa del recuerdo.
No, no importa que tus labios,
sonrían para otros labios,
no importa que tus ojos reflejen otras pupilas,
lo único que me importa es que vuelves a reír,
lo único que yo espero
es que vivas mi recuerdo,
que añores esos momentos
en que ambos nos amamos
sin importarnos el tiempo,
sin ver otro mundo que el nuestro,
y en ese mundo los hijos.
Por ellos siempre sabremos
que un día nos quisimos,
y que ahora aunque muy lejos,
todavía nos queremos,
y hasta el final de los días,
nos seguiremos queriendo,
aunque sea de otro modo,
aunque ya estemos muy lejos.
Francisco Murcia.
Siempre me gustó mucho este poema amigo mío.
ResponderEliminar