¿Por qué nos creaste?
25 - 03 -
2018
Tú, que
decides sobre ríos de lágrimas,
sobre nubes
vaporosas de falsas alegrías;
que decides
sobre la vida,
sobre la
muerte,
sobre los
siglos y la eras perdidas.
Tú, que
creaste sin vida la materia
y se la diste
con un soplo,
tan liviano
como efímera e incierta es,
¿para qué te
molestaste?
¿qué trabajo
te costaba habernos dejado
en la
inconsistencia del no ser?
Ya ves lo que
has hecho, haces y dejas que hagamos.
Porque Tú
solo eres ego, solo Tú,
y nosotros no
podemos ser sino una parte de Ti.
Ya está bien
de adoraciones,
rezos y
pleitesías,
ya está bien
de vacías liturgias sin sentido,
vayamos a los
espinos que desgarran las carnes inocentes,
donde las
bocas hambrientas claman tu nombre,
donde las
madres lloran a sus hijos,
donde los
hijos no tienen esperanzas.
Vayamos a las
mesas vacías,
a tanto nicho
sin nombre,
a tanto nombre perdido en páginas olvidadas,
vayamos, ¡oh
Ego supremo!
a las últimas
razones por las que diste la vida
a esta
perdida humanidad que no encuentra su camino,
que se devora
a sí misma,
arrastrada
por pasiones de maldades asesinas.
¿Por qué nos
creaste?
¿Qué sentido
tiene esta obra,
este paisaje
de infinitos sufrimientos?
Somos parte
de tu ego, de Ti mismo,
somos tu
esencia repartida en infinitos trocitos,
y has dejado
en el albur, la mancha de tu pecado:
ser la fuente
de la vida,
principio y
fin de las cosas,
alfa y omega
del mundo y de todo el universo,
el bien y el
mal absoluto,
los opuestos
infinitos luchando y en medio,
en medio
estamos nosotros como parte de Ti mismo.
Sufres, sí.
No lo puedes negar.
Eternamente
único,
eternamente
solo,
eternamente
en silencio.
Sufres tanto,
que sabías que creabas lo finito,
lo
corruptible y lo efímero,
el dolor y la
angustia de un final inexorable;
que sabías
que dejabas de ser Dios.
Y sin embargo
lo hiciste:
nos creaste y
nos mataste al mismo tiempo,
tal vez
porque no te importaba,
tal vez porque
estabas ya cansado y odiabas la eternidad,
tal vez,
quizás, porque Tú, también,
te has
cansado de existir
y buscabas tu
final.
Francisco
Murcia
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