
Oh, mi dulce flor.
29 - 03 - 2018
¡Oh, mi dulce flor!
que te ofreciste a mi en toda tu
fragancia,
con tus pétalos ya libres de la
tierna juventud,
abierta a la brisa serena que quedó
de aquel ciclón que quemó mi
adolescencia
en fuego de fatuas ilusiones que se
estrellan
en una realidad cruel que golpea y
golpea
la blanda roca de arenisca que
conformaba mi ser.
¡Oh, mi dulce flor!
no sabes cuánto te amé en ese fugaz
momento
en que cerraste los ojos y tus labios
me besaron,
y el susurro de un te quiero se
deslizó, suave, en mis oídos.
De pronto, sentí que mis años eran
menos,
que mi cara en el espejo solamente
era un disfraz,
que las arrugas del tiempo no eran
mías,
que las historias escritas en las
simas del olvido eran de otros,
de gentes ya muy antiguas que pasaron
por mi vida.
Yo también cerré mis ojos,
y vi tu alas abiertas en el mundo de
mis sueños,
sentí tu piel en la mía,
sentí tu aliento en mi pecho y una lágrima rebelde
inundó los arroyuelos de mis
profundas arrugas.
Entonces te amé,
te amé con ese amor infinito
que concentra el universo en los ecos
de un momento.
Sí, cerré los ojos,
posé en tus labios los míos,
y te arranqué de ese lecho para
llevarte a mis sueños.
¡Oh, mi dulce flor!
abierto ya tu capullo, me envolviste
entre tus pétalos,
y sumido en tu fragancia, me elevaste
hasta los cielos.
Entonces lloré de pena porque no te
tuve antes,
lloré porque el tiempo me ha robado
los días de mi vida que no estuviste
conmigo,
y esa lágrima rebelde
inundó los arroyuelos que el tiempo
labró en mis rostro
mientras estuve esperando los luceros
de tus ojos.
Deja su rastro amargo al pasar junto a mis
labios
y los tuyos, que fundidos con los
míos,
beben el tiempo perdido
en las tiernas humedades de una
lágrima furtiva,
una lágrima rebelde que en tinta
cautiva escribe
mis cautivos sentimientos.
En los ecos del silencio se escucha
un susurro quedo
y queda escrito en la brisa lo que el
sino nos negó:
que soy tuyo y eres mía, aunque no lo
quiera el tiempo,
porque tú, mi dulce flor,
estás en mi corazón.
Francisco Murcia.