Sonetos
para un adiós
El último
adiós.
Soneto libre XXVII
21 – 12 - 2018
Se esfuma la oscuridad de la noche
entre penumbras del alba, y mientras,
mi espíritu emerge de los escombros del sueño
donde vagué, llevando de mi mano
una nube con la forma de tu cuerpo,
dejando mi cuerpo olvidado entre sábanas desiertas.
Y volé por los espacios siderales
de un universo vacío, que creí
repleto de jardines y paisajes, y pensé
que la mano que llevaba de mi mano,
había escrito un “tequiero” y forjado un eslabón
que unía dos corazones donde anidaba el amor.
Con el primer resplandor, el sueño se evaporó
y con un rayo de sol, escribí el último adiós.
Francisco Murcia.
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