
Sonetos para un adiós
Los besos
escondidos.
Soneto libre XXVIII
21 – 12 - 2018
Besa mi memoria los besos escondidos,
aquellos que en la umbría de aquel parque,
te robe bajo la sombra del árbol más grande,
sentados en ese banco que limpié con mi pañuelo.
Y yo guardé el tesoro de tus besos en ese lugar
donde guardo los suspiros de mis sueños y quedaron
como quedan las almas inocentes en el limbo,
sin saber si fueron algo o solamente existieron
en la nube vaporosa de etéreas frustraciones,
dibujando la tristeza en ese azul infinito donde
duermen los luceros.
Besa la memoria aquellos besos porque no quiero
olvidarlos
y en el hueco de la almohada deposito cada noche
los besos que te robé, sentados en aquel banco,
los besos que yo guardé mientras te ibas alejando.
Francisco Murcia.
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