
Música para el cuerpo y el alma.
23
– 12 - 2018
Poema
que me sugiere la bellísima interpretación de
Gheorghe Zamfir & André Rieu
Surgen
las notas de la nada de un vacío
donde
se gestan en perpetuo silencio.
Y
de pronto,
los
vientos de un suspiro,
escrito
en la quieta soledad,
en
ese rincón del alma donde no llegan los gritos,
donde
todo se apacigua,
donde
se vierten las lágrimas que no quieren ver el sol,
y
que lloran hacia adentro;
en
ese rincón del alma,
crea
la vida la caricia de un suspiro
en
las notas que cabalgan armoniosas,
pétalos
deliciosos que juegan entre las ondas
y
que se posan, suaves,
delicadas
mariposas sobre pompas de jabón,
estuches
donde navegan
emociones
que creíamos perdidas,
y
vuelan libres y leves como espíritus,
remontando
las tormentas iracundas
de
las soberbias del ego que se esconde temeroso
ante
la paz, el sosiego,
la
dulce y blanda cadencia de las bellísimas notas
que
escriben en las conciencias los paisajes del amor.
Y
ahora sí,
la
lágrimas salen a ver el sol
y
descargan las almas sus tristezas,
y
cabalgan los espíritus al cielo
sobre
las notas agudas que las grabes prepararon
como
corceles airosos que, con brío,
remontan
las simas de los oscuros silencios,
jardines
de crisantemos
donde
encerramos los miedos.
Suena
la flauta
y
el sol viste las auroras,
siembra
el rocío los prados y brillan las perlas
entre
juncos y espadañas,
y
las hojas cantarinas,
agarrándose
a la brisa,
danzan
al son de las notas.
Francisco
Murcia.
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