
Lejos
aún la amo más.
4 – 04 - 2020
"Vestí mi ideal con tu cuerpo".
Así comenzaba yo un poema
dedicado a los más bellos recuerdos.
Entonces amaba cada gesto,
cada mirada,
cada eco de su voz.
Todo en ella era divino
porque secuestré su yo y lo hice tan mío,
que lo incorporé a mis sueños,
los transmuté en mi ideal,
y consagré como divino lo que solamente era
humano.
Sin embargo,
era tan grande su ser, tan inconmensurable
la felicidad que de esa fuente brotaba,
que me negué a cambiarla de sitial
en el altar de mis sueños.
Pero ella era solo eso, ella;
perdida sin su yo,
que yo había secuestrado.
Canté poemas en verso,
peiné con delicadeza entre mis dedos su pelo,
le susurré mil tequieros quedamente
que se quedaron flotando en silenciosas
penumbras.
Ya ves, querido amigo, nunca supe
si lo que yo adoré en el altar fue el traje
de mi ideal,
o una grandiosa mujer que no supe valorar.
Hoy la tengo en el recuerdo,
ya lejos de mi ideal,
y tal vez por eso,
porque la veo real,
por eso aún la amo más.
Francisco Murcia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario