
La densidad del tiempo
19
– 02 - 2020
El
tiempo se hace denso en soledad,
difícil
de transitar.
Horado
su solidez buscando,
como
un gusano en el corazón de la manzana,
algo
de la esencia que se fue, que me falta,
para
llenar los minutos de los días que aún me quedan,
para
ocupar los silencios,
para
llenar de palabras
los
vacíos de las desiertas alcobas.
Has
venido, ¡oh soledad!,
y
yo no te había llamado.
Me
has traído oscuridad,
no
la luz de los silencios compartidos,
no
el reflejo de los ojos donde contemplé mi imagen.
Se
hace denso el tiempo
en
medio de mis silencios.
Escucho
pasos sin huellas en caminos sin destino,
dibujo
ocasos perdidos que ya no anuncian la noche,
veo
en mis sueños fantasmas,
silenciosas
estridencias que animan mis pesadillas.
Se
hace sólido mi tiempo
porque
tú no estás conmigo.
Es
liviano ese vacío que imagino
en
la sombra de los nichos que anhelo
porque
tú no estás conmigo.
Es
etérea la noche, sus esquinas escondidas
y
sus oscuros rincones donde se esconde mi yo
y
se hace tan mínimo, que una pizca de la nada
pesa
tanto como todo el universo.
Se
hace denso este silencio y mi soledad
me
abruma tanto, tanto
que
reniego de mi tiempo.
Francisco
Murcia.
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