
Sonetos para un adiós.
Hubo un día
generoso
Soneto libre XXI
5 – 12 - 2018
Hubo un día generoso en mi existencia,
pues me regaló tus ojos, y me regaló tus labios.
Hubo un día en el que el sol de tu mirada se posó en
mi,
y el roce de tu piel abrasó mi soledad.
Y hubo cantos de sirena y aromas de madreselva,
los pétalos del no volaron en los vientos del otoño y
los del sí
se quedaron en tu boca adornando tu sonrisa.
Hubo un día que fuiste tan generosa
que bajaste hasta mi infierno para subirme a tu
cielo.
Fue un día memorable que aún conservo y conservaré
en un cofre donde encerré tus tequieros.
Hubo un día en que la dicha pasó rauda por mi puerta,
y antes de decirme adiós, yo secuestré la fecha,
la arranqué del calendario y la pegué a mis suspiros.
Francisco Murcia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario