
Invierno en mi pueblo.
12
– 04 - 2019
Desnudos
están los árboles en la alameda,
los
vientos del otoño desnudaron
las
copas de esos chopos orgullosos
que
brillaron con verdes de primavera.
Ahora,
desnudos, lloran sus ramas
aquellas
hojas perdidas que se ha llevado el otoño,
y
lloran la ausencia de trinos
lloran ese silencio,
blanco silencio de frío,
blanco silencio de escarcha,
donde se ahoga la estrofa
que ya no canta ese río
lloran ese silencio,
blanco silencio de frío,
blanco silencio de escarcha,
donde se ahoga la estrofa
que ya no canta ese río
Silba
el viento
entre
muñones de troncos solitarios
y
las aguas de ese Duero
bajan
raudas, presurosas,
pues
no quieren las estrofas que en ellas canta el invierno.
El
valle viste de blanco
y
el silencio de los muertos acompaña este sudario,
Tan
solo esa Corbera de poderosa presencia,
mira
de frente al invierno
y
desafía al ocaso,
siempre
enhiesta,
siempre
limpia,
con
ella no puede el viento
ni
de la escarcha el sudario.
Desde
la loma,
las
torres de la iglesia perfilan el horizonte
y
en los grises de la niebla se percibe
un
Corazón de Jesús
entre
los dos campanarios.
Francisco
Murcia.
Me encanta
ResponderEliminarME ENCANTA, EL DESNUDO DE LOS ÁRBOLES EN UN OTOÑO LIMPIO, ESCARCHADO EVAPORANDO EL DESEO. eS PRECIOSO.
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