La huida
17 – 11 - 2021
Ah, amigo,
la huida de sí mismo es
imposible.
Te vas de la casa,
explorarás mundos
inciertos,
fogonazos y destellos
que te cegarán,
y seguirás viendo tu
propio fantasma,
como la imagen de un
espejo que te persigue.
No hay despedidas en la
aurora,
como no hay principio
en el ocaso.
La noche no viene
porque nunca se fue,
porque siempre fue la
dueña,
la propietaria de mis
días sin auroras.
Vago sin sueños.
La utopía es un
horizonte
perdido entre las
penumbras de mi alcoba.
No tengo motivos para
reírme
ni para perdonar a Dios
la gélida estepa donde
ha colocado el corcel de mi existencia.
Ahora, más sosegado,
cuando ya no quedan huellas que dejar,
camino lejos, dejo la
casa;
no importa donde me
lleven mis pasos,
sé que no puedo huir de
mí mismo,
lo asumo,
ya no alzo los ojos en
busca de un horizonte,
tan solo busco un
rincón donde olvidarme que soy
y que un día existí.
Francisco Murcia Periáñez.
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