miércoles, 24 de noviembre de 2021

Oh bendita burbuja









Oh, bendita burbuja

11 – 11 - 2021 

¿Cómo es posible?

No lo entiendo.

¿Fue todo un sueño?

Miro hacia atrás y veo brillando tu huella,

honda, profunda,

y a su lado, un rosario de pétalos

que se extiende viniendo hasta mis días.

 

¿Cómo es posible

que aún golpeen en mi pecho los ecos de tus latidos,

dime, cómo es posible

que aún suene en mis oídos el tremolar de tus labios

entre suspiro y suspiro?

 

Si fue todo tan fugaz

por qué se ha parado el tiempo

dejando en tus ojos prendidos

los brillos de mi reflejo.

 

Oh bendita burbuja

que tornasolas el tiempo y lo disuelves

en incontables momentos,

navegas entre mis sueños mientras escribo su nombre

y mis dedos

aún siguen acariciando los bucles de sus cabellos,

 

oh bendita burbuja

que encierras en tu universo la llave de mis secretos,

etérea brisa del tiempo donde navega mi otoño,

los vientos desnudan las arboledas,

testigos mudos de un beso,

y guardas en tu vacío el eco de los recuerdos.

A ti, bendita burbuja, te llevaré o me llevarás a ese lugar

donde se quedan los huesos y la eternidad

ya no contiene las horas y no cuenta ni los días ni los años,

donde el tiempo ya termina y el beso que yo recuerdo

conmigo se quedará, hasta el final de los tiempos.

 

Francisco Murcia.Periáñez


miércoles, 17 de noviembre de 2021

La huida

 









La huida

17 – 11 - 2021

 

Ah, amigo,

la huida de sí mismo es imposible.

Te vas de la casa,

explorarás mundos inciertos,

fogonazos y destellos que te cegarán,

y seguirás viendo tu propio fantasma,

como la imagen de un espejo que te persigue.

 

No hay despedidas en la aurora,

como no hay principio en el ocaso.

La noche no viene porque nunca se fue,

porque siempre fue la dueña,

la propietaria de mis días sin auroras.

 

Vago sin sueños.

La utopía es un horizonte

perdido entre las penumbras de mi alcoba.

No tengo motivos para reírme

ni para perdonar a Dios

la gélida estepa donde ha colocado el corcel de mi existencia.

 

Ahora, más sosegado,

 cuando ya no quedan huellas que dejar,

camino lejos, dejo la casa;

no importa donde me lleven mis pasos,

sé que no puedo huir de mí mismo,

lo asumo,

ya no alzo los ojos en busca de un horizonte,

tan solo busco un rincón donde olvidarme que soy

y que un día existí.

 

Francisco Murcia Periáñez.


Oh, las palabras

  Oh, las palabras 20 – 10 – 2023   Las palabras bullen dentro de mi como fieras enjauladas, van y vienen, se vuelven y revuelve...