Estoy cansado.
25 – 09 - 2020
Estoy cansado, cansado, muy cansado.
Las nostalgias, como cuervos agoreros
sobrevuelan mis ocasos
y saludan cada día amaneceres vacíos.
El mundo, más allá de mi ventana,
me es ajeno;
no lo entiendo ni me siento parte de él,
no lo comprendo y estimo estéril el esfuerzo
por intentar abrir la ventana.
Las golondrinas no se posan en mi balcón.
Dónde estarán me pregunto,
mientras el sol, por alguna razón,
se me antoja distinto,
otro sol que no conozco.
No es aquel cuyos rayos
dibujaban entre penumbras de alcoba
el perfil de tu figura,
no es aquel cuyo fulgor
comparé con el brillo de tus ojos,
no es aquel que reverbera en el río
intentado conocer nuestros secretos
a la sombra de los chopos.
Estoy cansado,
y sin embargo, ya ves,
aun brillan en mis nostalgias reflejos de tus cabellos,
aún peino entre mis dedos aquellos bucles
escondidos en el húmedo rincón
donde guardas tus secretos.
Y en el hueco de la almohada que tu dejaste desierto,
escribo un sentido te quiero que se quedó
ahí flotando, entre tu oído y mis labios
cuando aún había tiempo.
Estoy cansado y, sin embargo,
la fuerza de aquel te quiero que se quedó suspendido,
me anima a abrir la ventana,
contemplar las golondrinas, aunque no sean aquellas
que nos vieron sonreír entre sábanas revueltas,
y espantar de mis nostalgias esos cuervos agoreros,
atrapar un rayo de sol,
y colgar en su fulgor los momentos que viví,
que los lleve hasta mi ocaso y allí,
vencido ya, porque ya estoy muy cansado,
abrazar mis añoranzas
porque yo sé que entre ellas,
tu corazón ha latido
al mismo ritmo del mío.
Francisco Murcia.