Sonetos
para un adiós.
Peregrina
de senderos escondidos
Soneto libre XLV
11 – 09 - 2019
Como una paloma que hendiera los vientos,
peregrina de senderos escondidos,
llegaste a mí e inundaste mis vacíos
con arrullos de soledad y ademanes de tristeza.
Posada a mi lado, me hablaste de mil historias
y entre relato y relato, deslizaste un “tequiero”
que se quedó ahí flotando,
como la chispa de fuego que se niega a ir con el humo
e insinuante se queda, amenazando otro fuego.
Tus destellos dibujaron en el aire paisajes de
paraísos,
en tu mirada vi escrito el mensaje de la luna
y en el temblor de tus labios se deslizaba un susurro
Yo pensé que era el “tequiero” que se quedó ahí
flotando,
pero sólo era un adiós que se iba con el humo.
Francisco Murcia.