sábado, 30 de mayo de 2020

Peregrina de senderos escondidos

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Sonetos para un adiós.

Peregrina de senderos escondidos
Soneto libre XLV     11 – 09 - 2019

Como una paloma que hendiera los vientos,
peregrina de senderos escondidos,
llegaste a mí e inundaste mis vacíos
con arrullos de soledad y  ademanes de tristeza.
Posada a mi lado, me hablaste de mil historias
y entre relato y relato, deslizaste un “tequiero”
que se quedó ahí flotando,
como la chispa de fuego que se niega a ir con el humo
e insinuante se queda, amenazando otro fuego.
Tus destellos dibujaron en el aire paisajes de paraísos,
en tu mirada vi escrito el mensaje de la luna
y en el temblor de tus labios se deslizaba un susurro
Yo pensé que era el “tequiero” que se quedó ahí flotando,

pero sólo era un adiós que se iba con el humo. 

Francisco Murcia.

martes, 19 de mayo de 2020

No quise nacer

Cómo se desarrollan los sentidos del feto dentro del vientre materno

No quise nacer.
13 – 05 - 2020

Qué tipo de tortura es ésta,
qué dolor, que me borra la sonrisa
y en silenciosa oración
me hace invocar a los cielos el perdón,
si no sé cuál fue mi pecado.
Por qué me castigo tanto
que hasta lloran los silencios al verme entre las penumbras
donde me escondo,
para que el mundo no vea la intensidad de la pena.

Tal vez mi mayor pecado fue,
como fue el de Segismundo,
simplemente haber nacido.
Porque no debí nacer,
porque yo no estaba inscrito en las páginas del ser,

Y sin embargo,
un azar desconocido me inscribió,
como quien cae un borrón en una página en blanco.
Y ahí me quedó,
como un lunar en la prístina albura de esa página,
como una mancha disfrazada de extrañas complejidades,
como la sombra de una nube que nos niega su rocío.

De repente, la luz,
un espíritu perdido me acogió, y juntos,
ese cuerpo que aún no era y que no quería ser,
y ese espíritu perdido que sí quería nacer,
fueron todo uno y uno sólo.
Y así vinieron al mundo y crecieron,
el cuerpo con sus pecados, y el espíritu
con la esperanza de hallar por fin su destino.

¡Dios mío! ¿Qué orfebre moldeó este cuerpo?
¿A quién tal tarea encargaste
que no supo interpretar el mapa de mi existencia?
Hubiera preferido un pedernal por espíritu y por alma
un yunque que no cediera al furor de los fuegos
ni al contemplar la inocencia soltara una sola lágrima.
Pero mi alma se derrite ante una tierna sonrisa, y sueña
con paisajes de los cuentos y se imagina grandezas
en países muy lejanos con príncipes y princesas.
Así me escondo del mundo porque no quise nacer,
y ya nacido, al ver cómo es el mundo,
tampoco quiero crecer.


Francisco Murcia.

sábado, 9 de mayo de 2020

Nunca me dijiste adiós.

junio | 2015 | Manoli

Sonetos para un adiós.

Nunca me dijiste adiós.
Soneto libre XLIV   4 – 09 - 2019

Nunca me dijiste adiós, tan sólo alargaste el tiempo
entre palabra y palabra, y me hurtaste la mirada
cuando escribía en mis ojos un mensaje de esperanza.
Ya no estoy en tus poemas ni me hallo entre tus gestos,
ya percibo en tus silencios el frío de los abismos
que inexorables se abren entre mi tierra y tu cielo.
No, nunca me dijiste adiós y sin embargo,
en mis entrañas rugieron mil huracanes extraños
cuando tus ojos miraron  otro cielo y otro ocaso.
Leyendo en tu corazón vi escrito aquel adiós
que enterraste en tus silencios entre palabra y palabra,
que ocultaste entre los gestos de simuladas sonrisas.
Nunca me dijiste adiós, pero ya no hacía falta,
ya sobraban las palabras, las sonrisas y los gestos.



Francisco Murcia. 

lunes, 4 de mayo de 2020

Hoy tengo ganas de hablar

Espacio Exterior – ASTRONOMÍA

Hoy tengo ganas de hablar.
2 – 05 - 2020

Hoy tengo ganas de contarte cosas,
de decirte el contrasentido de sentirse lleno
y vacío al mismo tiempo,
lleno de preguntas y vacío de respuestas.

Sé que no eres más que una creación
nacida de la soledad, de la esperanza fallida
de unos ecos esperados que nunca llegaron.
Y sin embargo, ahí estás,
en el cogollo más profundo, virginal,
inocente y delicado de mi ser,
ese lugar donde crucé los bosques
con Blancanieves de mi mano,
donde la mentira era pecado
y las flores brillaban en sus matas,
y me hablaban.

Tengo la necesidad de contarte tantas cosas,
simplemente para que no se me olviden,
para que las huellas que he dejado en el camino
no la cubra el tiempo con su herrumbre de polvo
y queden invisibles para toda la eternidad.

Necesito repasarlas para saber que he existido,
que hubo un principio y que, a lo largo del camino,
he contemplados ojos que me miraban,
he escuchado voces que se perdían en la lejanía,
he vislumbrado el dolor aullando en los silencios escondidos,
he descifrado el mensaje oculto en un hola y un adiós
y he visto transitar la esperanza
hasta perderse en un ocaso sin sol.

Hoy tengo ganas de hablar
y no hay presencias a mi lado ni número al que llamar.
Por eso hoy te busco mientras el piano
desgrana la armonía que le ha faltado a mi vida,
y bebo sus notas que se posan en ese lugar donde yo te he creado,
donde me escondo del mundo
para hallar la luz que me dé alguna respuesta.

Llego al final y sigo buscando respuestas a preguntas
que nunca tuvieron sentido porque la vida sólo es eso,
un camino sin final, un vacío sin certezas.



Francisco Murcia. 

sábado, 2 de mayo de 2020

Los ecos del recuerdo

Boutique Hotel Rivera del Rio | Puerto Vallarta | Jalisco | México

Los ecos del recuerdo
27 – 04 - 2020

Tornan las umbrías alamedas a empañar
con los vahos del recuerdo los cristales
donde un día dibujé un corazón y en su centro
quedó la huella de un beso
que aún humedece mis labios.

Torna la fresca hojarasca de brillantes amarillos
a dibujar en el viento las cabriolas alocadas
de aquellos otoños ya perdidos en el tiempo,
y siento en mi piel esos dedos que escriben
en delicado zig-zag el mensaje de un tequiero.

Torna la flor con sus albos pétalos intactos
y la interrogo de nuevo buscando aquel sí,
el mismo que se perdió no sé dónde,
no sé cuando, tal vez la brisa me lo robó,
con la humedad de aquel beso.

Vuelven a mí los ecos de susurros apagados,
y entre sueños, escucho el murmullo de las hierba,
el titilar de la gota transparente que pende
temblorosa de la brizna que llora su destino,
como pende temblorosa la noche del misterio de la luna.

Torna el alma de aventuras pasajeras, ahíta
de sonrisas que nunca fueron sinceras,
herida de miradas escondidas,
a llorar su soledad en las penumbras
y buscar, al fin, la paz en el rumor de la umbría.


Francisco Murcia. 

Oh, las palabras

  Oh, las palabras 20 – 10 – 2023   Las palabras bullen dentro de mi como fieras enjauladas, van y vienen, se vuelven y revuelve...