sábado, 28 de marzo de 2020

Que quedará de lo nuestro

La peste negra: relatos de la plaga medieval que azotó a Europa ...

Qué quedará de nosotros.
28 – 03 - 2020

Qué quedará de nosotros, especie infame y soberbia.
Qué quedará de nosotros cuando lo que fue simiente de la vida
es hoy mensajero de la muerte.

Qué quedará de las torres que desafiaron los cielos,
de los puentes que cruzaron ríos y brazos de mar,
que salvaron los abismos entre gigantes montañas.
Qué quedará de las letras, las estrofas y palabras,
las páginas de la historia pudriéndose en muladares
mientras las moscas se ríen de las gestas,
de estúpidos y estrambóticos honores.
Qué quedará, me pregunto, de banderas y de patrias,
de lo tuyo y de lo mío,
qué quedará de los nuestro.

Yo, yo,  yo, mío, mío, mío;
pecado fue el egoísmo y ahora,
cuando el jinete cabalga rasando con su guadaña,
me pregunto si habrá tiempo para defender lo tuyo,
y lo de él, y lo de todos,
porque a todos nos iguala ese último suspiro.

Oh, gigante de alta mirada que desafías las nubes,
de tanto mirar al cielo te olvidaste que tus pies eran de barro,
barro y agua que te elevaron del suelo,
agua y barro donde un dios desconocido quiso modelar tu cuerpo.
Eres gigante en lo nuestro; en lo tuyo nada más,
apenas eres un niño que no sabe dónde va.

Como niños hemos ido y vamos  jugando con el planeta,
tú reclamando lo tuyo, yo exigiendo lo mío,
y ambos somos peregrinos que vamos hacia el abismo.

Cuatro jinetes cabalgan,
no se oyen cascos ni gritos, ¡Silencio!
Se están llevando a los muertos,
los mismos que construyeron esas torres
que escribieron en las nubes su desafío a los cielos.

Ya veis, gigantes de barro,
qué poco le cuesta al suelo quedarse con lo que es suyo,
porque es cierto que lo mío y que lo tuyo
jamás llegó a ser lo nuestro. 



Francisco Murcia. 

viernes, 27 de marzo de 2020

Para ti sólo fue un juego

MUJER ENTRE LA NIEBLA | El blog de Azu

Sonetos para un adiós.

Para ti fue sólo un juego.
Soneto libre XLI       13 – 08 - 2019

Eres ceniza apagada en un fuego que ya no sé si existió,
polvo gris que viste los fantasmas de mis sueños,
blanca escarcha de neblinosa alborada,
eco mudo de un hola que se perdió en un adiós
huérfano de pañuelos, de lágrimas y de besos,
que dejó en mi alma la firma de un desencanto,
la verdad de un fuego que con furia me quemó,
la verdad de un corazón fundido en gélido hielo.
Desnudo quedó mi sino y a sus anchas tu sonrisa
escribió sobre mi piel el mapa de tus delicias,
y en tus delicias perdí el rumbo de mis momentos.
Las fuentes de mi tiempo se secaron
y tú me dijiste adiós con el hielo entre tus labios.
El fuego que me quemó para ti sólo fue un juego.

Francisco Murcia.


jueves, 12 de marzo de 2020

Solitario en el andén

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Sonetos para un adiós.
Solitario en el andén

Soneto libre XL 7 – 08 - 2019

Solitario en el andén de trenes abandonados,
contemplo el paisaje desolado de mis días,
y espero un no sé qué, un no sé cuándo,
un algo que me diga que estoy vivo.
De pronto, el tremolar de tu pelo azotado por el viento,
abre las puertas del cielo,
y me alejo del andén de trenes abandonados.
Cogidos de la mano salimos de la estación,
y devoramos las mieles que nos ofreció el ocaso.
Con mil besos dibujamos la penumbra y otros mil,
que guardaron los secretos de la noche,
enhebrados se quedaron en tu pelo,
trenzando los susurros de un adiós
escrito en aquel pañuelo que perdiste en el andén.

Francisco Murcia

domingo, 8 de marzo de 2020

Las notas del piano

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Las notas del piano
26 – 02 - 2020

Llueven las notas como gotas de rocío,
con la cadencia suave de una extraña melodía,

Dibujan sobre el cristal de mi alma
arroyos de caudales sinuosos,
 retorcidos, quebradizos,
lánguidos y caprichosos
que esculpen sobre mi rostro
lo que mis labios esconden.

Vibra mi soledad en sordas notas sin eco
buscando entre los agudos tus aromas,
indagando entre los graves
los melodiosos compases donde dejaste tu adiós,
explorando en los silencios esas miradas perdidas
que soñaban horizontes imposibles.

Traspasan mis recuerdos las murallas del olvido
y se pierden en abismos de tristeza,
más allá de mi nombre y de tu nombre,
más allá de mi ser y de tu ser,
más allá de donde llegan mis sueños.

Resbalan las notas del pentagrama,
en melancólicos declives
y las penas
se deslizan como las gotas de lluvia
entre las frondas oscuras de los anhelos perdidos.

Pudor de ecos desnudos que resucitan mis sueños,
fragor de quedos silencios donde escribes tu mensaje,
melodías de la lluvia que llora tras los cristales,
penumbras de soledad entre un mi y un sol sostenido,
lágrimas escondidas entre una selva de arpegios.

Todo eso es el piano cuando lo escucho
mientras serena la lluvia dibuja tras los cristales
los ecos que yo recuerdo de una bella melodía.


Francisco Murcia. 

miércoles, 4 de marzo de 2020

Un sueño en un parpadeo

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Sonetos para un adiós.

Un sueño en un parpadeo
Soneto libre XXXIX
25 – 07  2019

Cual pétalo desprendido de la más bella de las rosas,
cual rama desgajada del árbol prohibido,
llegaste a mí entre tórridos ecos de silencios
y te agarraste a mi piel, herida tú, herido yo, ambos
ansiosos de un clandestino placer que nos redimiera,
de un suspiro entre las sombras, de unos ojos y unos labios,
de la miel de unos besos olvidados,
ambos deseosos de pecados en penumbras,
y dibujar en la piel las delicias de las rutas prohibidas.
Cual ríos que se secan en páramos desiertos
buscábamos un mar, tú a una orilla del tiempo y yo,
en la orilla opuesta sin saber lo que buscaba.
Ambos nos dimos un sí en medio de un parpadeo
y fabricamos un sueño que duró solo un momento.


Francisco Murcia.

Oh, las palabras

  Oh, las palabras 20 – 10 – 2023   Las palabras bullen dentro de mi como fieras enjauladas, van y vienen, se vuelven y revuelve...