martes, 20 de septiembre de 2022

Hambre

 


Hambre

17 – 09 – 2022

Hambre, hambre.

Me despierto y siento

las dentelladas que los efluvios de los sueños

han dejado en mi hambre.

Hambre de umbrías imposibles,

de inocencias olvidadas,

de extraviadas risas y miradas con mensaje.


Aún el ojo del cíclope sigue escondido en su cueva,

y los sueños esconden su presencia

envueltos entre ilusiones y los últimos sabores

de los besos que recuerdan.

 

Siento hambre y rabia, y un nudo en la garganta

donde mueren mis suspiros.

Sí, no me importa gritarlo,

y grabarlo en las gotas de rocío

donde, con pluma de oro, escriben los rayos del sol

lo efímero de nuestro endeble destino.


Estoy solo y siento hambre

del fantasma de una hembra,

de la sombra de don nadie,

de la presencia ilusoria de aquel otro

que me robó mi tesoro.

Siento hambre de las cosas,

de los cuerpos y las almas.

Siento hambre de existencia más allá de mi ventana.


Escucho y solo percibo el silencio.

Siento hambre y estoy despierto.

Mejor estaría dormido,

paseando entre los sueños

para aliviar mi condena.


Francisco Murcia

A paso lento

 




            A paso lento 

18 – 09 – 2022 

 

Dejadme recorrer a paso lento  

los jardines de mis sueños  

entre alborada y ocaso.  

Dejad libres mis suspiros y no os burléis  

de aquel niño que miraba las estrellas  

y se preguntaba cuál era el secreto  

para que no se cayeran,  

como se cayó el tarro de la sal,  

como se caen todas las cosas cuando las llama la tierra.  

 

No, no puedo ser breve,  

aunque la vida lo sea.  

Si la percibimos breve, es  

porque no sabemos descubrir que la eternidad  

se contiene en un momento,  

una mirada,  

una sonrisa,  

el aullido lastimero de tu perro,  

los dibujos de unas trenzas en el aire,  

los aromas deliciosos de escondidas humedades.  

 

Todo eso es eternidad,  

y todo se queda escrito  

aunque el ego nos absorba  

y se nos termine el tiempo. 

 

Francisco Murcia 

A paso lento 

18 – 09 – 2022 

 Dejadme recorrer a paso lento  

los jardines de mis sueños  

entre alborada y ocaso.  

Dejad libres mis suspiros y no os burléis  

de aquel niño que miraba las estrellas  

y se preguntaba cuál era el secreto  

para que no se cayeran,  

como se cayó el tarro de la sal,  

como se caen todas las cosas cuando las llama la tierra.  

No, no puedo ser breve,  

aunque la vida lo sea.  

Si la percibimos breve, es  

porque no sabemos descubrir que la eternidad  

se contiene en un momento,  

una mirada,  

una sonrisa,  

el aullido lastimero de tu perro,  

los dibujos de unas trenzas en el aire,  

los aromas deliciosos de escondidas humedades.  

Todo eso es eternidad,  

y todo se queda escrito  

aunque el ego nos absorba  

y se nos termine el tiempo. 

 

Francisco Murcia 



Oh, las palabras

  Oh, las palabras 20 – 10 – 2023   Las palabras bullen dentro de mi como fieras enjauladas, van y vienen, se vuelven y revuelve...