Contigo se apagó una estrella
2 – 06 - 2021
Brillan rojos aún los entorchados de pasadas laureadas,
negro el corazón, fue enterrado,
y la memoria confundió los colores de la gloria,
y olvidó los gritos desesperados de las épicas batallas.
Rugieron los demonios, los jinetes
abrieron las puertas del odio
y el Apocalipsis se extendió y creó
cruces de hierro, laureadas y blasones;
honores y orgullo fiero de patriotas engañados.
Y a ti, estimado Federico,
García Lorca en la historia,
la pleamar de los odios te engulló.
Contigo murió una promesa,
contigo se apagó una estrella,
contigo se fue a la tumba la más bella de las voces,
la más desgarradora, la más real y a la vez
de las voces la más tierna.
En tu obra, apenas comenzada, brillan
Camborio y Heredia, la niña aquella del río,
la que ya no era mozuela;
brillaba el toro en los ruedos a las cinco de la tarde;
en Yerma se alzan desgarradores los lamentos
de la madre que nunca lo pudo ser,
y en Nueva York se quedó la memoria de un poeta
que enamoró al mundo. Tal vez por eso,
fuera la envidia la que al poeta mató.
Francisco Murcia Periáñez