martes, 20 de abril de 2021

Todo está en silencio ahora

    


             

Todo está en silencio ahora.

19 – 04 - 2021

 

Yo también estoy en silencio ahora:

Las calles, secas;

desde hace mucho tiempo permanecen secas

y en mi gaveta,

un reloj que lleva parado mucho tiempo,

pienso que ha perdido las horas

y ya los minutos

no encuentran donde colgar sus momentos.

Aquel laúd que nunca fue afinado, ahí sigue,

en un rincón del armario,

silencioso y cubierto de polvo.

Junto a él, una cajita con un amasijo de fotos

y un montón de momentos que quedaron

encerrados entre las frías paredes de un pasado

que ya no sé si fue cierto.

 

Devora la lejanía los perfiles que nos fueron familiares,

y se esfuman en la sombra

los luceros que alumbraron nuestros sueños.

Las notas,

que otrora saltaban risueñas del arpa,

hoy son lágrimas de sucio color canelo;

es demasiada la herrumbre,

es demasiado el tiempo que devoraron.

Ya no hay espejos

que reflejen en su fondo aquellos ojos,

ya no hay besos

que dibujen en mi piel el paisaje de un "tequiero".

Ni siquiera un leve susurro,

un silencioso eco

que mitigue el dolor de su recuerdo.

 

Todo está en silencio ahora,

el tic-tac de mi reloj se ha parado.

En pulsos largos y extraños late mi corazón,

¿hasta cuándo?

 

Francisco Murcia Periáñez.

sábado, 10 de abril de 2021

Cruel azar

             


Cruel azar

7 – 04 - 2021

 

¿Fueron diez horas?

¿Fueron diez segundos? ¿O fue una ventana

que se abrió para que viera el infinito? Yo,

que anduve perdido

rellenando oscuridades con paisajes imposibles,

tremolando con mis labios

ecos que nunca fueron reales; yo,

que sumergí mis anhelos en la noche de mis sueños,

que vagué entre las sombras de estrechas calles desiertas, yo

que, con los ojos cerrados,

me inventaba los luceros que me negaba mi cielo

 

¿Por qué tardaste tanto? Tanto,

que unos ojos me miraron y secuestré sus pupilas

para alumbrar mis calles desiertas,

silenciosas y vacías.

¿Por qué naciste a destiempo?

¡Oh, cruel azar, cómo me engañaste!

Al final te ríes de mí,

mostrándome en un momento lo que siempre me negaste.

Hela ahí, me dices, ahora,

cuando la hojarasca de mi otoño yace en el suelo,

esperando las nieves del invierno.

 

Me dejaste, oh azar, a la intemperie,

colgado del frío filo de mis soledades, y así

permanecí ocultando mis suspiros;

fabricando mi jardín con sonrisas que hice mías;

coleccionado esos gestos que se quedaron perdidos,

como locas mariposas que no saben en qué pétalo parar.

Y la brisa, tu brisa, oh azar, visitó mi oscuridad,

y se apiadó de mis lágrimas esculpidas ya en la piedra,

de mis ojos cerrados, ausentes y secos,

y me ofreció dos luceros, una cabellera rubia

y dos pedacitos de cielo.

 

Y me olvide de mis sueños,

dejé las calles desiertas,

fundí en brillante neón las siluetas que,

entre penumbras, tantas veces dibujé,

adoré esa cabellera que la brisa me dejó,

y guardé en mi corazón los dos trocitos de cielo que tú,

oh azar, me negaste y ella me regaló.

 

Ahora, oh azar, con los frutos ya maduros,

y los brillos del otoño llevándoselos el viento,

ahora me devuelves los sueños que me robaste.

Y eres cruel, porque ya sé lo que perdí, y aún así,

ya ves, tu brisa me hizo feliz, y tú, oh azar,

me has dejado en un momento la firma que yo esperaba:

la mirada apasionada de unos ojos brillante castaño oscuro

que nacieron a destiempo.

 

Francisco Murcia Periáñez.

Oh, las palabras

  Oh, las palabras 20 – 10 – 2023   Las palabras bullen dentro de mi como fieras enjauladas, van y vienen, se vuelven y revuelve...