Es noche cerrada
14 – 01 - 2021
Es noche cerrada,
un sudario de nieve brilla bajo la luz de la luna
y se congelan los cuerpos, y las almas
quedan suspendidas en las heridas del tiempo.
Relámpagos de plata
se extienden por el páramo vacío
en veloces y fugaces destellos.
Desolación,
silencio que no es silencio de vivos,
es la paz de los muertos.
Oh macizos muros de piedra que albergáis tanto lamento,
que guardáis bajo el sudario la esperanza de los cuerpos,
que en vuestro pétreo natural sentís el aliento de los
vivos,
que lloráis lágrimas de hielo
ante el apagado suspiro de un niño que está muriendo,
con ronco crepitar gritáis al cielo,
¡basta ya!, le increpáis,
¡basta ya!, le exigís,
pues si tú, oh cielo, los creaste,
cesa ya en tu silencio y aplaca tu furia,
pues no hay pecado en un niño que merezca tu castigo.
Es noche cerrada,
el páramo está desierto,
es un espejo de plata donde se mira la luna,
el páramo está en silencio,
es la calma de los muertos.
Francisco Murcia.